Y no sé si alguna vez te preguntaste sobre cuál es el sentido de tu vida. Si no lo hiciste, y aunque lo hayas hecho, ``caza un broli” sentáte delante de un papel durante unos minutos, preguntáte y escribí cuál te parece que es el sentido de la vida.
Una vez pasados esos minutos, ya te habrás dado cuenta de que es una pregunta complicadita, a la que no es fácil de contestar de golpe. De momento hay una cosa clara: puedo interrogarme sobre el sentido de mi vida y por lo tanto soy capaz de pensar y reflexionar, es decir, soy animal racional y por ahí empiezo a diferenciarme de los demás animales.
Pero la búsqueda sobre el sentido de la vida tiene como consecuencia la reflexión sobre de donde vinimos y donde vamos. Y dentro de esta pregunta están las grandes cuestiones que podemos agrupar así ¿Cómo empezó mi vida?, ¿Cómo y cuándo apareció el hombre?, ¿Qué será de mi dentro de unos años?, ¿Es posible alcanzar la felicidad? ¿Hay algo más allá de la muerte?, ¿Existe Dios?, si hay otra vida, ¿Qué valor tiene ésta y lo que hacemos en ella para la eternidad?